Ferdinand de Saussure (1857-1913)
Conocido como el padre de la lingüística moderna, su ideología se encuadra dentro del estructuralismo[1].
El estructuralismo lingüístico es una corriente de pensamiento que se originó a principios del siglo XX. Este enfoque se centró en el estudio de la estructura interna del lenguaje, en lugar de en el estudio de los elementos aislados del lenguaje. La lengua es una estructura compleja, un sistema, que se puede analizar en sus componentes más pequeños, como los fonemas, las palabras y las frases. Uno de los principales objetivos es descubrir las reglas de organización del lenguaje y cómo los hablantes usan dichas reglas para comunicarse.
La principal contribución a la lingüística moderna de Saussure y su escuela es el concepto del signo lingüístico, compuesto por un significante y un significado. Este concepto se discutió durante sus cursos de gramática – impartió tres. De forma póstuma, se publicó el Curso de Lingüística General, que recoge las principales lecciones que impartió en la Universidad de Ginebra (si quieres leer más información sobre estos cursos, consulta este enlace)[2]. Saussure afirma que la lengua es el objeto de estudio de la lingüística, y que la lengua es un conjunto de signos lingüísticos.