Principales teorías lingüísticas:

La lingüística hasta el siglo XIX:

El origen de la lingüística puede localizarse en la época de la Grecia antigua; Platón, por ejemplo, propuso la teoría de la reminiscencia, según la cual el lenguaje permitía recordar conocimientos previamente adquiridos; Aristóteles clasificó las palabras según su función gramatical, sentando las bases para el estudio de la gramática.

Una vez en la Edad Media, la lingüística se vio influenciada por la filosofía y la teología. Los escolásticos, por ejemplo, desarrollaron la gramática especulativa, que estudiaba la estructura del lenguaje y su relación con la realidad. En esta época, también se hicieron importantes contribuciones al estudio de la semántica, con figuras como San Agustín, quien propuso que las palabras se refieren a cosas mediante un signo convencional.

Con el Renacimiento, se comienza a impulsar el estudio del latín clásico como un medio para el desarrollo del pensamiento crítico y la claridad expresiva. Además, se comenzaron a estudiar las lenguas vernáculas (maternas) y sus variaciones.

Hasta este momento, la lingüística tradicional tenía unas teorías muy homogéneas que Hualde (2) resume muy bien:

1. La lingüística tradicional da prioridad a la lengua escrita sobre la lengua hablada, considerando que la lengua hablada es inferior debido a sus imperfecciones e incorrecciones. Los gramáticos tradicionales respaldan sus reglas y propuestas gramaticales con testimonios de la literatura clásica.
2. Existe la creencia de que la lengua alcanzó su máxima perfección en el pasado y que es necesario adherirse a ese estado para definir la lengua “correcta”. Es decir, la lengua alcanzó su máximo esplendor en la literatura del Siglo de Oro y desde entonces ha ido deteriorándose.
3. Se establece un paralelismo entre las categorías del pensamiento lógico y las del lenguaje, ya que los estudios gramaticales surgieron en Grecia identificados con la lógica. Esto ha dado lugar a la correspondencia entre categorías lógicas y gramaticales, como “sustancia” y “sustantivo” (nombre), “accidente” y “adjetivo”, entre otros. La clasificación de las partes de la oración tiene su origen en la Grecia clásica.
4. Se sostiene la convicción de que la función de los estudios lingüísticos y gramaticales es enseñar a hablar y escribir correctamente una lengua. Esta concepción de la función de los estudios lingüísticos contrasta con los enfoques modernos.

En el siglo XVIII, la lingüística experimentó un auge con la aparición de la gramática comparada. Esta disciplina, que se enfocaba en las similitudes y diferencias entre las lenguas, fue desarrollada por lingüistas como William Jones y Franz Bopp. También en esta época se hicieron importantes contribuciones al estudio del aprendizaje del lenguaje, con figuras como John Locke.

La lingüística como ciencia moderna empieza a principios del siglo XIX. Hasta entonces, el estudio de las lenguas se basaba principalmente, como hemos visto, en la gramática, que es el conjunto de reglas y principios que rigen el uso del lenguaje. Existen dos enfoques diferentes a la hora de estudiar la gramática:

La gramática prescriptiva  el estudio del lenguaje que se hacía se basaba en definir reglas gramaticales y prescribir el uso “correcto” de la lengua. Este tipo de gramática – que todavía podemos encontrar en libros de texto- se centra en “normalizar” la lengua, es decir, crear, definir e implementar normas para usar la lengua “bien”.

La gramática descriptiva se enfoca en describir cómo se utiliza el lenguaje en la práctica, en lugar de establecer normas para su uso. Los lingüistas descriptivos observan cómo las personas usan la lengua en diferentes contextos y tratan de analizar las estructuras y patrones que surgen. La gramática descriptiva tiende a ser más flexible que la prescriptiva, ya que no impone normas estrictas y permite una mayor variación y evolución del lenguaje.